La conciencia de la juventud sobre la sostenibilidad va en aumento. Por eso, con motivo del Día Mundial del Medioambiente, el pasado cinco de junio comenzó la Semana del Medioambiente, organizada por el Consejo Local de la Juventud de Valladolid. A lo largo de estos días, han tenido lugar diversos talleres, charlas y eventos, donde han presentado iniciativas relacionadas con la sostenibilidad.

El Tío Molonio, un conocido bar para la población universitaria de la ciudad, acogió ayer cuatro ‘microtalks‘ relacionadas con la sostenibilidad y la educación ambiental. Durante la hora y media que duró el evento, los asistentes pudieron conocer cuatro proyectos de la ciudad que trabajan por aumentar la conciencia medioambiental de los vallisoletanos.

Cooperativa Energética

Intervención de Energética.
Intervención de Energética. Por Inés Modrón.

Álvaro, parte de la cooperativa Energética, fue el encargado de abrir la sesión, tras la presentación a cargo de miembros del Consejo. Definió el proyecto como una alternativa al «modelo energético voraz e insultante pensado para el puro beneficio económico» que impera en la actualidad. Energética es una iniciativa «basada en el cooperativismo y la democracia», aseguró Álvaro. Fundada hace siete años, esta organización sin ánimo de lucro comercializa energía eléctrica renovable y busca ofrecer a los consumidores un precio justo.

«Frente a que solo unos pocos puedan decidir, en Energética todo es de todos y todos decidimos», explicó su representante. Su modelo asambleario favorece el sentimiento de comunidad, algo que destacó Álvaro durante toda su intervención. «Los precios se deciden de forma colectiva, según el precio al que esté en el mercado, pero con la intención de que no sea prohibitivo», añadió. Insistió además en los valores de la cooperativa, entre los que resaltan la honestidad, la transparencia y la cercanía: «en otras te atiende una máquina, aquí siempre hay una persona al otro lado».

Una perspectiva sostenible

Se presentan como un proyecto que persigue la sostenibilidad en todos sus sentidos, en el tiempo, en el social y, por supuesto, en el ambiental. Se trata de «no devorarse a sí mismo ni al planeta«. Además, al no tener ánimo de lucro, explica Álvaro que se favorece la educación para evitar el derroche, ya que no se pretende ganar dinero con la electricidad que consuman los clientes y «el kilovatio más limpio es el que no se emite».

Son dueños de una central hidroeléctrica de Peñafiel, que se adquirió con el dinero de los socios, en una campaña de recaudación, por lo que todos son propietarios. Esto les permite suministrar parte de electricidad. Apuestan también por el autoconsumo fotovoltaico y fomentar la generación distribuida. «Cuando produces la energía en el tejado de tu casa y la consume tu frigorífico, que está solo a unos metros de cable, se pierde menos en el transporte y se gana conciencia por parte de los consumidores», expuso Álvaro. Ofrecen además otros servicios energéticos, como el cambio de caldera de gas a una de aerotermia, auditorías para que las empresas fomenten su eficiencia y ahorro o la instalación de cargadores para coches eléctricos.

Sin embargo, lo más importante, a juicio de Álvaro es apostar por lo colectivo «en tiempos de individualismo». Por eso, organizan grupos locales para aprender unidos e impulsan la creación de comunidades energéticas, que realizan una instalación compartida para abastecer a todos sus miembros.

Ecologistas en acción

Intervención de Ecologistas en Acción
Intervención de Ecologistas en Acción. Por Inés Modrón.

Carmen y Piluca, de Ecologistas en Acción, fueron las siguientes en subir al escenario. Destacaron que, a pesar de ser una organización de referencia en este ámbito, también cometen errores y no son perfectos, pero «la suma de muchos malos ecologistas puede hacer la diferencia«. Animaban de esta manera a los asistentes a realizar acciones, por pequeñas que sean, en favor del medioambiente.

Tienen diversas líneas de trabajo, que introdujeron a la audiencia. La más técnica se refiere a la presentación de alegaciones e informes técnicos a las autoridades, con los que tratan de frenar «desastres medioambientales, como la macrogranja que se plantea para Corcos del Valle». También, organizan sesiones formativas en forma de talleres en centros escolares u otros eventos educativos de carácter informal. Durante los últimos meses, han recorrido diversos institutos de la ciudad con una exposición sobre la calidad del aire.

La investigación es otra de sus actividades, en muchos casos, precisamente sobre la contaminación atmosférica. Se apoyan en ellas para pedir a las autoridades que se promueva «la reducción del tráfico alrededor de los centros escolares». Las consecuencias que puede tener para la salud del alumnado pueden ser graves.

Explicaron que uno de los problemas que existen con los medidores de calidad del aire en Valladolid es su ubicación, ya que hace unos años los cambiaron. Ahora se encuentran muchas veces en entornos como parques, donde se dan unos valores distintos al resto de la ciudad, que alteran los resultados.

Las voces críticas

Forman parte, además, de comisiones de prevención ambiental, donde ejercen de voz crítica ante aquellas iniciativas que puedan poner en peligro la buena convivencia entre la sociedad y el entorno. Aunque, destacan que «no suele ser la posición mayoritaria«, pero consideran muy importante su presencia para, al menos, manifestar su disconformidad.

A través de campañas y vídeos en redes sociales, también tratan de llamar la atención de la población y poner el foco sobre los problemas medioambientales. Recordaron una intervención teatralizada que organizaron en la Plaza Mayor, para concienciar sobre el reciclaje. Destacaron su colaboración con otras asociaciones con las que pueden establecer sinergias. Para terminar, proyectaron un vídeoclip de rap en defensa del medioambiente y jugaron una pequeña partida de trivial con los asistente.

Fundación Splora

Intervención de Fundación Splora
Intervención de Fundación Splora. Por Inés Modrón.

La Fundación Splora, que fomenta espacios de encuentro para favorecer el cambio social, también estuvo representada, para dar a conocer Piquetas, su grupo de trabajo enfocado al medioambiente. Una de sus iniciativas más llamativas es la organización de campamentos sostenibles. En Castilla y León se celebran «cientos de campamentos cada año, por lo que es importante buscar que sean lo más respetuosos posible con el planeta».

Consideran que estos espacios «son un microcosmos muy interesante para generar cambios«. Colaboran con la Universidad de Valladolid, para encontrar una solución técnica que mejore la sostenibilidad de las letrinas, pero también organizan cursos para educar a los monitores de ocio y tiempo libre en este sentido.

Además, realizan intervenciones en el territorio y eventos de sensibilización y formación. Otra actividad es el trueque de material de acampada, donde se intercambia calzado y demás útiles para este fin. Forma parte de su objetivo de fomentar la economía circular. En esta línea, organizan el próximo domingo 19 un evento llamado Erre que erre en el Pinar de Antequera. Preparan también campamentos urbanos de día para concienciar sobre el reciclaje y campos de voluntariado medioambiental, como Zarambuja.

Consideran que la preocupación por el medioambiente no es, en su caso, «una especialidad, sino algo transversal«. Finalizó su intervención remarcando la importancia del cambio social: «los medidores solo muestran lo que hay, hace falta movilización».

Scouts Laguna

Intervención de Scouts Laguna.
Intervención de Scouts Laguna. Por Inés Modrón.

Diego, uno de los miembros de Scouts Laguna, fue el encargado de cerrar la sesión. Explicó que el propósito de los scouts es educar a jóvenes de seis a veinte años para «hacer personas de provecho». Con ese objetivo, trabajan distintos ámbitos, entre los que está la naturaleza.

Aseguró que «Castilla y León tiene un entorno natural envidiable, es un sitio maravilloso para coger ese gusto por calzarse las botas, pisar barro y disfrutar de una noche bajo las estrellas». Así, se crea esa preocupación por cuidar el medioambiente. Eso intentan transmitir a los jóvenes en sus campamentos de verano. Allí pasan quince días en la naturaleza, y también en las excursiones que organizan.

Buscan implicar a toda la gente de Laguna de Duero, por eso, preparan actividades como recogidas de residuos o bicicletadas. La última sirvió para solicitar una vía más allá de la carretera que comunique Valladolid y Laguna de Duero, para garantizar una alternativa más saludable y sostenible. «Vinieron 150 personas, más de las que nos esperábamos, así que estamos muy contentos», expresó Diego. «El objetivo de los scouts es dejar el mundo mejor de lo que nos lo encontramos«, recordó.

Finalizaba así una tarde de intervenciones, en la que distintas iniciativas locales pudieron dar a conocer sus proyectos relacionados con el medioambiente. La sesión y el concierto posterior fue la antesala de la clausura, celebrada hoy en la Zona Joven del Pinar de Antequera, en compañía de AquaVall y Land Life.


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